30 de abril de 2011

Mi primera vez

Era un día muy frío, extremadamente frío, yo diría que congelador... allá por el 17 de Enero del 2009.

En la mayoría de los casos todo empieza porque te pica la curiosidad, y te preguntas: "¿cómo puede haber tanta gente que le guste correr?. Yo no lo entendía, no podía comprender como la gente "malgastaba" su tiempo en salir a rodar su tiempo reglamentario fuese verano o invierno, de noche o de día, hiciera 35ºC o -5ºC, estuvieran de vacaciones o en su ciudad,... Algo debía de tener que "enganchaba", pero yo aún no lo comprendía.

Pero mi primera vez no fue normal, no fue una primera vez tradicional. Supongo que todo el mundo comenzará a correr con una pequeñito entrenamiento: 10 o 15 minutos.
Yo no, lo mío fue a lo "grande", con una carrera (por aquello de que mi profesora de Educación Física nos dijera: "Si participais en todas las Corre con Nós que quedan os subo 1 punto en la Evaluación").
También, es cierto que alguna vez había intentado salir a correr con un propósito, el de perder peso, pero nunca había conseguido "correr" más de 10 minutos seguidos sin llegar al borde de la asfixia.
Sin embargo, esta vez parecía diferente... yo llevaba una especie de "guía" (mi profesora de aquellas, a la que siempre le estaré infinitamente agradecida), ella me decía: "tú único objetivo es acabar esta carrera corriendo, tú vete a un ritmo propio para ti, pero inténtala acabar corriendo"

Bueno, como os contaba...como ya he dicho había salido otras veces a "correr" pero además de hacerlo mal, sentía muchísima vergüenza al cruzarme con la gente, lo que me impedía seguir practicando. Pero aquel día fue diferente.
Yo quedara con mi profe a las 18:30 en la calle Ramón Ferreiro (para los que son habituales en el Corre con Nós ya sabéis de que prueba os hablo: "A Nocturna de Reis"). Ella comenzó a rodar un poco y mientras, me dijo, que yo estirara (no era plan de ponerme a rodar y que cuando fuese la carrera no saliera de la línea de salida), así que comencé con unas circunducciones de tobillos, rodillas, cadera, hombros, cuello, muñecas,... y después a estirar gemelos, cuádriceps, isquitibiales, psoas-ilíaco, aductores, tríceps braquial,etc. 
En ese momento, rodeada de cientos de personas me hacía sentirme extremadamente ridícula, pero el poder compartirlo con ella hizo que me relajara bastante.
Acto seguido, después de las carreras de "rapaces", dieron salida a la categoría D, mi categoría. Nos colocamos en la línea de salida (había "corredores" de todos los "tipos y colores", los que se veía que iban a por todas, los que creían que podían ganar sin entrenar, los de equipos federados, los que simplemente iban con su colegio a divetirse y yo, allí estaba, nerviosita perdida.)
Pero de repente, sin practicamente dejarnos tiempo a colocarnos, nos dieron el pistoletazo de salida. Sólo recuerdo escuchar a Berta diciendo: "Vamos Marta, tú puedes... intenta correr", comencé la carrera muy despacito, pero trotando, sólo eran 1.900 metros (lo de solo lo digo ahora, de aquella era como ir corriendo de Lugo a Ferrol), debía intentar correr toda la carrera (aunque solo fuera por no defraudar a mi profesora...). Llevaba 1.000 metros corriendo, estaba asfixiada y extasiada, pero debía continuar...
Entré en META, lo había conseguido, había conseguido sudar la camiseta como nunca lo había hecho. Debo admitir que pensé morir en el intento, pero fue una sensación espectacular... lo había conseguido!!! Había conseguido hacer 1.900 metros en 11 minutos 13 segundos y entrar en meta en la décimo octaba posición (y no había llegado de última, entraron 6 chicas después de mi). Era increíble, no importaba la distancia, ni el crono, ni la posición...lo importante es que había conseguido mi récord (y había logrado enorgullecer a mi profesora, que posteriormente se convertiría en algo más que profesora y en compañera incondicional de entrenos). 

Creo que puedo admitir con certeza de que no me voy a equivocar, que en el momento que crucé la línea de META, supe que quería hacer INEF (probablemente por querer ser como Berta e intentar enseñar todo lo que ella me enseñó a mi en apenas un año).