No recuerda casi nada, lo ha olvidado casi todo, incluso su nombre; sin embargo, no ha olvidado que le gusta correr, que se siente vivo cuando lo hace. Pero, ¿cuál es la causa de su amnesia? En esta historia -plena de las más humanas sensaciones y sentimientos- subyace un misterio que se irá desvelando muy poco a poco, conforme el lector se va adentrando en la novela. Intriga, relaciones humanas, cotidianidad, pasiones, humor, ternura, esperanza, violencia, soledad,... un cóctel perfectamente armónico que te atrapará, sin duda. El atleta sin memoria, cual Ulises de Homero, el camino de vuelta a su patria, una Ítaca distinta de la que partió, y es el suyo un recorrido intenso, natural, afortunado, que le guiará hacia su destino. No obstante, para llegar a él tendrá que elegir entre recordar u olvidar; en un momento de la novela, el protagonista incluso dice "...no puedo recordar apenas nada, aunque mucho me temo que si pudiera, quizás, no quisiera hacerlo" pues, a veces, olvidar es lo único que podemos hacer si queremos seguir viviendo...
Llueva o haga sol, de buena mañana o bien entrada la noche, cada vez más personas sienten la irresistible necesidad de vencer la pereza, calzarse unas zapatillas deportivas y echar a correr. El periodista y gran aficionado Francisco Medina indaga en las motivas y las anécdotas que comporta la práctica de footing o running, una modalidad deportiva que cada día cuenta con más adeptos. El autor recurre al testimonio de un amplio elenco de aficionados, entre los que destacan el presiente Rodríguez Zapatero, el sindicalista Cándido Méndez, la presentadora Anne Igartiburu, el periodista Carles Francino o la alpinista Araceli Sagarra. Todos estos personajes célebres, junto con otros anónimos, coinciden en que la práctica de correr no solo les ayuda a romper con la rutina cotidiana, sino que es una vía para relajarse y relacionarse de otro modo con el entorno y sobre todo con ellos mismos.
Una obra situada en algún punto intermedio entre las memorias, el ensayo y el relato corto, y cargada con un sutil sentido del humor. Es la obra más peculiar de Murakami y en ella nos muestra una faceta suya insospechada. El presente libro no tiene nada que ver con el resto de su producción literaria.
Ni el mismo Murakami tiene muy claro cómo clasificar "De qué hablo cuando hablo de correr", podríamos decir que se trata de un libro muy persona, una especia de autobiografía centrada en su faceta de corredor de fondo y participante de maratones y triatlones. El mismo escritor reconoce que le gusta hablar sobre él mismo, pero si no contaba honestamente lo que debía contar, habría carecido de sentido al escribir el presente libro.
Al final, Murakami nos dice que sería exagerado llamar "autobiografía" a este libro, y como se le hace difícil llamarlo ensayo lo deja como unas "memorias", eso sí, escritas a su manera y utilizando como mediador el hecho de correr. De esta peculiar manera nos transmite su vida, durante os últimos veinticinco años tanto en su faceta novelística como en la de persona normal y corriente.
"Mientras corro, simplemente corro, aunque la mayoría de los métodos que conozco para escribir novelas los he aprendido corriendo cada mañana".
