8 de mayo de 2011

ACTIVIDAD ARTE: "Tenía que seguir corriendo"

Tenía que seguir corriendo. No sabía hacia dónde, pero debía hacerlo. Dejar que sus piernas avanzaran, dando rápidas zancadas, escapando del mundo. Tenía que continuar porque era su única opción, debía escapar de todo, de una vez por todas y aprender a dejar que el tiempo curara sus heridas. No supo muy bien cuándo, en medio de su alocada carrera, las lágrimas se escaparon a su control e iniciaron una carrera, paralela a la suya, por su rostro. Estaba agotada, llevaba ya mucho tiempo corriendo y le dolía todo el cuerpo, pero por fin había conseguido salir de la ciudad y no se rendiría tan pronto. Tenía intención de empezar de nuevo. Pensó en su pasado e, inevitablemente, en el deporte. La había rodeado durante toda su vida, dándole un lugar en el que sentirse segura, era su vida. Desde muy pequeña se había aficionado a él. Practicaba baloncesto, fútbol, tenis, aerobic, natación, montaba a caballo, le gustaba el golf, era muy buena jugando a voleibol y balonmano... Pero no había nada, absolutamente nada, que le gustara tanto en el mundo como correr. Cuando corría se sentía fuerte, invencible, libre. Le encantaba sentirse libre. No era sólo que le gustara correr, era muy buena en ello. Aún se acordaba de aquellas competiciones escolares, el principio de su carrera. Sólo era un juego más, pasarlo bien con unos cuantos amigos, pero lo cierto fue que, en aquella carrera, había desbancado a todos, tanto chicos como chicas y había conseguido así que su equipo se hiciera con el premio. Uno de los padres que estaba observando aquella carrera estaba acompañado por el conocido Luís Baliña, entrenador de atletismo, quien no pudo resistir la tentación de invitar a esa sorprendente criatura a unirse a su club. La convirtió en la mejor, fuera dónde fuera, siempre lo ganaba todo. Su talento era indudable y, poco a poco, empezó a gozar de cierta fama en varios países europeos. Todavía recordaba con claridad aquel día en el que Luis la llamó para informarle de que la querían en las pruebas para participar en las olimpiadas. Fue un trabajo duro, muy duro, pero ella lo consiguió y fue en ese momento donde se engendró su fama. Medalla de oro en atletismo. Ella, una española nativa de un pequeño pueblo de Galicia, no daba crédito. Era tan feliz... Al poco tiempo, en una fiesta llena de famosos a la que había sido invitada por mera casualidad conoció a Nathaniel Wesley, un famosísimo actor que estaba de moda en aquel momento y que debido a su piel bronceada, su pelo rubio, su hermoso cuerpo y sus ojos verdes; era un hombre deseado por una infinidad de chicas. Él sólo hablaba inglés pero ella, debido a su carrera, había aprendido a dominar ese idioma y no se dejó asustar. Se enamoraron perdidamente y pasaron los años más felices de sus vidas hasta que empezó Todo Lo Malo. Una noche, él llegó a casa muy borracho y la golpeó sin piedad, no lo vio o no quiso verlo, ella deseaba perdonarle pero los hechos se repitieron una y otra vez, él no podía controlarlos y ella no lo controlaba a él; así que decidió denunciarlo a las autoridades. Eso había sido hacía apenas unas semanas y ella necesitaba escapar de allí, y no, no pararía de correr hasta que no volviera a sentirse libre.

Iria Buide Pena