13 de junio de 2010

El Caja Laboral incendia la final y deja al Barça al borde del precipicio

El mejor equipo de Europa, el imbatible Barça que durante toda la temporada ha atemorizado a todo el continente, está contra las cuerdas. El panorama, pensándolo fríamente, es desolador para los hombres de Xavi Pascual. No habían perdido en el Palau desde enero de 2009 y de golpe y porrazo se ven con una serie que se les pone 0-2, con dos partidos en Vitoria en los que el Caja Laboral puede sellar su victoria en la ACB.
Solo escribirlo impresiona. El Regal Barça está al borde del abismo después de un partido espectacular que dejará muy tocados a los hombres de Xavi Pascual. Más que por el resultado, que en este caso es bastante, duele por las sensaciones. Este Barça no es el que hemos visto durante toda la temporada, el que pasó por encima del Madrid en la Copa y en Vistalegre o el que arrasó en la Euroliga ante los millones griegos. Ningún equipo había conseguido que el Barça jugara así de mal, hasta que apareció este Caja Laboral.
La victoria es difícil de explicar porque Splitter, MVP de la ACB, referente del Caja Laboral y verdugo del Madrid, se quedó en 4 puntos. Los anotó todos en el último cuarto, al inicio, y no fue determinante. Sí lo fue San Emeterio, para lo bueno, con un espectacular cuarto con 7 puntos, y para lo menos bueno, con una antideportiva que dio vida al conjunto azulgrana.
Es necesario explicar la situación. Una canasta de Mickeal, ya casi sin esperanzas, dejaba el marcador en 67-70 a falta de 1,6 segundos. El Caja Laboral se precipitó al sacar de banda y los árbitros dieron el balón al Regal Barça. Y cuando los azulgranas iban a sacar, San Emeterio cometió falta antes de que el balón estuviera en juego. Antideportiva, es decir, dos tiros libres y posesión desde medio campo con 1,6 segundos por jugar.
Es posible que el hecho de que fuera antideportiva perjudicara al Barça. Basile anotó los dos tiros libres, pero Ricky se equivocó en el saque y su amigo, Pau Ribas, interceptó un balón que valía una victoria. Si la falta no hubiera sido antideportiva, el conjunto azulgrana hubiera tenido igualmente los tiros libres, con la posibilidad de fallar el segundo y anotar tras el rebotes, pero todo eso entra en el mundo de las fantasía.
La realidad es que el Caja Laboral ganó con un partido extremadamente serio en el que el Barça llevó la iniciativa. Tuvo una ventaja de 6 puntos que pudo aumentar en incontables ocasiones. Logró que llegara a 8, pero de ahí no pasó. Los vitorianos, en un mal partido de sus interiores, bien defendidos, exprimió todos sus recursos y con un 0-4 de salida en el último cuarto se metió de lleno en el partido.
Ahí emergió la figura de un San Emeterio espectacular, imparable cuando penetra e infalible cuando tiene medio segundo para apuntar desde el 6,25. 7 puntos suyos en el último cuarto dispararon al Caja Laboral, que con un triple de Marcelinho cogió una ventaja de 4 puntos a falta de tres minutos que resultó decisiva. Al final, susto vitoriano que no hizo sino aumentar la alegría de un equipo que roza una de las mayores sorpresas del año en el deporte español.

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